La historia de El Diablo y La Sandía: Un sueño de familia, amistad y Oaxaca
- Maria Crespo

- 13 nov
- 2 Min. de lectura
Cómo las mañanas de la infancia preparando el desayuno para los huéspedes, una promesa en España y un sueño compartido dieron lugar a la creación de El Diablo y La Sandía: un alojamiento boutique con desayuno en Oaxaca inspirado en la cultura, el diseño y la conexión.

Los inicios de El Diablo y La Sandía 🍉😈
Desde niña, nada me hacía más feliz que recibir visitas en casa. Mis padres habían viajado mucho de jóvenes, así que a menudo recibíamos amigos de todo el mundo. Me encantaba levantarme temprano para prepararles el desayuno; esa sencilla alegría de cuidar de alguien y crear una mañana hermosa me acompañó toda la vida.
Cuando tenía 25 años, vivía en Francia y visité a una querida amiga en España. Una noche, tomando una cerveza, brindamos y nos prometimos que algún día abriría un alojamiento y que ella vendría a ayudarme a hacerlo realidad. Tres años después, me escribió para decirme que venía a México, y le respondí con una noticia que nos hizo sonreír a ambas: había encontrado la casa. Nuestro sueño se estaba haciendo realidad.
Elegí Oaxaca porque siempre me atrajo. La niñera de mi madre era de aquí, y crecí rodeada de sus colores, sabores y calidez. Cuando llegó el momento de establecerme, no hubo duda: Oaxaca ya me había elegido.
Tenía 27 años, era diseñadora gráfica y de interiores, rebosante de ideas y curiosidad. Mi madre y yo nos volcamos por completo en el proyecto; ella fue fundamental en el diseño, el trabajo y la inspiración que lo hizo realidad. Junto con un grupo de amigos íntimos, transformamos la casa en un espacio vibrante y lleno de alma, fusionando creatividad, artesanía y amor.
Mi objetivo no era solo crear un lugar para viajeros; quería traer el mundo a mí.
Después de años de mudarme de un lado a otro, anhelaba echar raíces, formar parte de una comunidad, tener un hogar lleno de historias y amistad y, finalmente, una familia, así que tener un alojamiento tipo Bed and Breakfast me haría sentir como una viajera en mi vida cotidiana, ¡idea perfecta!
El nombre El Diablo y La Sandía surgió de un cenicero en casa de mi madre: un diablillo comiendo una sandía. Mi hermano lo ideó tras días de darle vueltas al asunto, y capturaba todo lo que me encantaba de Oaxaca: la alegría, la dulzura y ese toque travieso.

Con el tiempo, El Diablo y La Sandía se convirtió exactamente en eso: un hogar para viajeros y soñadores, un lugar cálido y de conversación, y un reflejo de todo lo que me ha formado: la familia, la amistad, el diseño y los colores de México.
¡Tengo mucho más que compartir! ¡Estén atentos!
Con amor,
María
























Ese Gordon Ramsay no me late nada al no haber dado a conocer tu B&B que es un lugar tan bonito y al que he ido tantas veces y cada vez que puedo lo recomiendo con mis amigos: Además ese güero, ¿de donde cree que sabe hacer chilaquiles mexicanos? Esos gringos siempre son así de imperialistas y pesados. Saludos María y sigue teniendo tus B&B tan bonitos y tan auténticos, pronto volveré a mi adorada Oaxaca y a quedarme ahí.